Urnas divididas, un solo casino

25 Agosto 2016

 

Urnas divididas, un solo casino

Campanario/Martín Sánchez Treviño

            Si acaso en algún momento de la historia en los más de 80 años que el tricolor estuvo en el poder en esta entidad, donde habría sembrado hombres y mujeres con principios arraigados en los valores cívicos y sociales como son la democracia y la política social. En los próximos años no sólo seremos gobernados por la derecha. Sino que también se advierte la reaparición de liderazgos naturales y legítimos en cada región tamaulipeca, que durante el priato fueron reprimidos y desplazados por la “familia priísta”, entrecomillado porque cada gobernante de ese partido que llego a ejercer el poder estatal, municipal o distrital, no se resistió a la tentación de imponer a un pariente en algún cargo público.

            Serán los marginados de esas ocho décadas los obligados a dar la lucha para defender la axiología de un instituto político que en su momento le dio sentido a la historia de desarrollo y crecimiento de esta entidad, sembró valores y principios. Sentó las bases para que el empresario y el obrero pudieran convivir en una misma mesa. Porque aunque el priísmo se haya convertido en un pestilente partido por los atropellos contra sus líderes naturales, es un asunto que deberá resolver esa militancia.

                Pero también hay una resistencia de la hegemonía de ese partido por ceder el control de las siglas por el predominio de los intereses arraigados en esas ocho décadas, tan engarzados con los grupos económicos, sociales, culturales y políticos, que no estamos lejos de asistir de tener a la vista un sincretismo político.

            Ya que en la vida social sobre todo sentimental, el corazón es irresistible. Tenemos así que la mayoría de los capitales de las regiones económicas de esta entidad, están ligados por amores de la perversidad, dominados por el corazón y no por razón de los principios callistas o gomezmorinistas. Y en ese orden, podremos confirmar que en las urnas fueron contrarios, pero jamás en los clubes, casinos, licitaciones, consorcios y casorios.

                Con la perversidad de un priísmo de ocho décadas no hay que descartar que los priistas enamoran a las panistas y los panistas a las priístas. En ese entendido, el amor y la empresa nunca deben reñir, porque ambas militancias trabajan por una misma meta, que es la de crecer y expandirse. Inspirados en el “creced y multiplicaos”, con una interpretación a su manera.

                  Y los liderazgos naturales de las doce  regionales tamaulipeca, tendrá que vestirse de azul, por ser el color conveniente por la rentabilidad que representa la llegada de la ola azul. En la que indirectamente participan los liderazgos del tricolor.

            Puede resultar patético para la militancia priístas denomina de “hueso colorado”, que una semana después de la derrota de su candidato Baltazar Hinojosa Ochoa, sus asesores ya tendían lazos con los dirigente del panismo triunfador, que llevo al triunfo a Francisco García Cabeza de Vaca. Los mismos que sugirieron a los encargados de la logística, que en la prensa local se hiciera mención de Francisco García y omitir Cabeza de Vaca, y de esa manera disminuir su popularidad.

            Es la misma ingenuidad de los líderes naturales del tricolor, que creen y piensan que a la vuelta de dos años, el otrora partidazo podría recuperar las curules perdidas, los poderes edilicios y ejecutivos. Que creían tener la píldora de su Pri y estaban convencidos de la carrera partidista. Cuando los ideales de una democracia habían sido desplazada por las carretadas de dinero.

            Tantas historias, cuantos priístas hoy vestidos de azul y blanco, salen a las plazas de las ciudades tamaulipecas, con su tez levantada y la frente en alto. En el campo, donde el voto dejo de ser verde para vertirse en azul, los hombres caminan con el sombrero levantado y paso firme. Para ellos no hay distinción. La despensa, el cheque, la leche y el maíz llegan en el mismo transporte. Con la expectativa de un ligero incremento.