La pasajera de ultratumba
3 Abril 2017
Sección: Historias de Ultratumba de Tampico
Por: Vanesa Gutiérrez/ Ordenador
La pasajera de ultratumba
Roger dejó a su pasajera a la puerta de la casa, esperó unos dos minutos hasta que un hombre de unos 60 años le preguntó si esperaba a alguien; una chica que le había dicho que su papá pagaría el pasaje: "La única chica que vivía aquí está muerta", fue la respuesta.
Roger puso los ojos en los espejos retrovisores. Como taxista ha visto muchas cosas en Tampico, pero esto no tiene una explicación clara.
Trabajar de noche tiene sus grandes ventajas, pues estás rodeado de una gran calma y quietud que nunca la tendrás de día cualquiera que sea tu función, además de que el tremendo calor que hace en Tampico lo reemplazas con un aire fresco del sureste.
Roger se trasladaba sobre la avenida Rosalío Bustamante, frente a la Central de Autobuses, cuando una jovencita de unos 20 años le pidió una carrera a la colonia Vergel. Metió una maleta pequeña y se acomodó en la parte de atrás de carro.
No platicaron nada. La mujercita sólo le dijo que la dejara en una dirección y que bajaría, después saldría su papá a pagar el servicio. Nada extraño. El tramo también era corto. Serían quizá las 11 de la noche, digamos que no muy tarde. Cuando llegaron a la casa, con un portón de reja y de una sola planta, la pasajera bajó, se introdujo a la casa, se perdió en un pasillo lateral. Roger esperó un momento. Alguien de la casa salió. Era don Alfredo padre de Alejandra y Jorge. Le preguntó qué se le ofrecía.
"Mire, joven, aquí no vive ninguna chica, ¿Estará equivocado?", le preguntó secamente. No señor, le dijo, sé bien que traje en el taxi a una jovencita de unos 20 años, pelo lacio, negro, corto, cejas muy finas, y me dijo, le comentó Roger a don Alfredo ya un poco nervioso, que su papá pagaría el pasaje, según le dijo la pasajera.
Para ese momento don Alfredo estaba muy serio. ¿Acaso este taxista estaba ahí para gastarle una broma?, pero cómo es que coincidía la descripción que daba con la de su hija, ¡pero ya está muerta! Joven, le soltó, creo que usted se refiere a mi hija. Así como la platica es ella. Murió hace dos años en un accidente en la carretera a Victoria. Aquí sólo vivimos tres, mi esposa, mi hijo y yo. "Me parece que usted habla en serio, por eso le creo, la extrañamos a mi Alejandra, sólo eso le puedo decir", fue su último comentario.
Roger se despidió. Avanzó lentamente y se perdió en la oscuridad de las calles. No manifestó miedo ante tan aterradora revelación. Se sumió en sus pensamientos. En tanto, atrás quedó, en su casa, la pasajera de ultratumba.