El dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios.”

18 Enero 2017


¡Como Decía Mi Abuelita!

 

 

“El dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios.”

 

Por Víctor Torres

 

 

El pasado 3 de noviembre del año que recién finalizó se registró una verdadera devastación en el sur del estado, una lluvia por espacio de cinco horas continúas, rebasando los cincuenta milímetros de agua, algo inusual, y según los expertos, la precipitación ocurrida, era lo de un año.

Autoridades municipales de Altamira, Madero y Tampico activaron sus planes de emergencia a través de Protección Civil y Departamento de Bomberos, la Secretaría de la Defensa Nacional hizo lo propio con el Plan DN-III, recorrieron calles, avenidas y brechas para atender a la población afectada en las distintas colonias, fraccionamientos y ejidos en algunas partes el agua rebasó el metro y medio. Lluvia atípica, le nombraron las autoridades.

No había sector que no presentara daños o perjudicada por el exceso de agua o familia lamentándose por los deterioros en sus pertenencias, automóviles, muebles, camas, aparatos eléctricos, electrónicos, ropa, en fin, todo lo que con sacrificio habían obtenido por años, el agua buscó, buscó y encontró.

Se habló de obstrucción de canales a cielo abierto, falta de drenes pluviales, pero también de la concentración de basura y de obras que nunca fueron ejecutadas como en Ciudad Madero, dónde la administración estatal canceló proyectos a unas semanas antes finalizar su gestión y que estaban programados por la Comisión Nacional del Agua por el orden de los 700 millones de pesos.

Las cifras en principio eran de 65 mil damnificados en el Sur de Tamaulipas, en algunos casos, tuvieron que ser trasladados a los albergues para brindarles primeros auxilios. Gobiernos municipales les ofrecieron alimentos, cobijas, colchonetas, atención médica; mientras el estado gestionaba recursos para las personas, funcionarios estatales recorrieron las zonas, comprometiéndose apoyar y hacer las gestiones necesarias. Iniciativa Privada llevó a cabo lo propio, la finalidad, salir adelante. Hasta ahí todo bien, pues a medida de las posibilidades lograron restablecer.

En fin, todo estaba casi perfecto, hasta lo dicho por la Delegada Federal de Desarrollo Social en Tamaulipas María de Lourdes Flores Montemayor, al declarar que el Gobierno Federal destinará 10 millones de pesos a través de la secretaría, pero que sería el único apoyo al que accederían los afectados y sería para “empleo temporal”, aquellas personas que se inscribieron para participar en las labores.

¿No hay más apoyos? Fue el cuestionamiento, su respuesta fue negativa y agregaba que el Gobierno no apoya en asuntos de enceres domésticos para las personas… tal vez la respuesta no era desafortunada, sin embargo, el monto, que entregarían por familia, sí, mil pesos, sólo mil pesos. Cantidad, ¿Para qué podría servir? ¿Qué comprarías? ¿Alcanzaría?... eso sí, la funcionaria federal, habló de las maravillas de los programas y de los apoyos… En fin, aquí es saber, ¿Quién o quiénes son los responsables, de que las obras no se hayan ejecutado? ¿Quién?, no hay vuelta de hoja, debe existir un responsable, y no es la naturaleza. Hay que esperar la reacción de los afectados… En fin… ¡Cómo Diría Mi Abuelita!... “El dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios.”

 

victortorres74@hotmail.com